Concurso: "El Derecho Penal y la realidad argentina actualizada"




Se invita a los estudiantes de derecho a participar de este concurso a fin de que sus opiniones puedan ser exhibidas y comprendidas no solo por el resto de sus compañeros sino también, por aquellas personas que hoy participan activamente del derecho como actores dentro del sistema judicial y a su vez, como educadores.

Este concurso tiene la intención de darle la oportunidad de demostrar, a los estudiantes, los conocimientos adquiridos y transformarlos en pensamiento propio. Que hagan patentes sus ideas y opiniones sobre el derecho penal con respecto a sus posibles aplicaciones en una realidad en constante cambio.


Bases generales del I Concurso de Ensayos “Norberto Centeno”

Temario del concurso: "Derecho Penal y Realidad Social"

A continuación se enuncia una lista de temas no taxativa:

-aborto,

-crimenes de odio,

-derecho penal juvenil,

-legalización del consumo de drogas,

-derechos humanos,

-los delitos economicos

Participantes:

Podrán participar estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, graduados de la misma, y trabajadores del Poder Judicial o de Estudios Jurídicos.

Los concursantes pueden ser individuales o colectivos, y solo se admite un trabajo por persona o equipo.

Requisitos:

Deberá ser inédito, tener un mínimo de 10 (diez) y un máximo de 25 (veinticinco) carillas, en formato A4, a doble espacio, simple faz, tipo de letra Times New Roman en cuerpo 12. Al principio del trabajo debe redactarse un abstract o resumen muy breve del trabajo (diez renglones como máximo) y debe indicarse las palabras claves del ensayo, que indiquen los temas tratados. Se entregarán 2 (dos) ejemplares de un mismo tenor y se deberá enviar al mail de la agrupación.

Requisitos de presentación:

Los 2 (dos) ejemplares deberán presentarse en sobre cerrado. Tanto en la primera hoja del trabajo como en el sobre deberá figurar el nombre, el apellido y el DNI de los ensayistas, domicilio; teléfono y dirección de correo electrónico actual.

Plazo y lugar de entrega:

Los trabajos deberan ser entregados en Tucuman 966, 6to piso, frente, hasta el día lunes 30 de agosto de 2011 inclusive.

Por Correo electrónico: lacentenoderecho@gmail.com



Jurado:

Estará presidido por el Dr Alejandro Alagia.

Decisión:

La decisión del Jurado será final e inapelable. El Jurado podrá declarar desierto el concurso. En caso de haber ganadores, el Jurado podrá seleccionar hasta 3 (tres) ensayos para su publicación.

Los participantes que resulten seleccionados serán notificados en forma fehaciente por la Agrupación. Los autores ceden de manera irrevocable todos los derechos de cualquier tipo que pudieran derivarse de la obra, incluyendo –sin carácter taxativo- todos los derechos de autor. Asimismo, los autores se responsabilizan por los reclamos de cualquier naturaleza que terceros pudieran efectuar respecto de su originalidad o cualquier otra causa sobre el texto presentado, y aceptan su publicación en la revista, tanto en su formato en papel, como en su versión electrónica, en el Portal Académico de la Facultad de Derecho de la UBA.

Premios:

Para el ensayo que obtenga el primer puesto, el premio consistirá en:

  1. La publicación del ensayo en la Revista Digital y Grafica de la Agrupación Norberto Centeno.
    2) La posibilidad de exponer su trabajo, junto con reconocidos profesores de Derecho Penal en la entrega de premios organizada por la Agrupación.

  2. Para el segundo, tercer, cuarto y quinto puesto consistirán en:
    1) La publicación del ensayo en la Revista Digital y Grafica de la Agrupación Norberto Centeno.
    2) Menciones en la entrega de premios.


Los trabajos que no resulten seleccionados no serán devueltos y podrán ser evaluados por el Consejo de Redacción de la Agrupación Norberto Centeno, para ser incluidos los medios virtuales (blogs, facebook, etc.)



Debate: baja de la edad de imputabilidad

Participá de esta nueva doble propuesta de la Centeno Derecho
Charla debate + concurso de ensayos. Click en ver en pantalla completa.

La Centeno en Colombia


Nos llega este comentario de Soto Hoyos:
Gracias amigo "Antagonista"
http://elantagonista.com/2011/06/06/otros-aires/

Cuando oí eso quedé estupefacto. La frase que causó tal sensación decía algo así como “es un buen momento para hablar de política en la Argentina” y se acompañó de otra que causó la misma reacción, mis oídos capturaron: “la palabra política ya no es mala”. Esas palabras y muchas otras que acompañaron una charla realizada por el movimiento estudiantil La Centeno, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, siguen retumbando mi cabeza y generando una inevitable comparación entre los estudiantes de derecho de mi país y, sin generalizar, los que he conocido en la ciudad porteña.

La charla también era muy llamativa, puesto que trataba de dos temáticas de suma importancia para los trabajadores del derecho: por un lado el trabajo explotador e irregular en las firmas o estudios jurídicos, y por el otro, el acceso democrático al aparato de justicia. Dos preocupaciones reales que aquejan, supongo, a todos los abogados de América Latina al menos.

Sin embargo, más allá del interesante debate sobre cómo enfrentar las dificultades laborales de los estudiantes o recién graduados que trabajan en las firmas de abogados, o sobre cómo garantizar un proceso realmente democrático y transparente para obtener cargos en el aparato judicial, yo sólo pensaba qué lejos están los abogados, al menos de las universidades privadas de Bogotá, de interesarse por problemas de tal magnitud.

A diferencia de mis colegas argentinos -que aseguraban con la frente bien elevada que el acceso democrático a la justicia es un derecho exigible así como el buen pago y trato en un estudio jurídico- mis colegas colombianos, desprecian la justicia como un medio de empleo para abogados poco importantes (a menos que sea de magistrado) y se ofrecen, perdón la expresión, con las patas abiertas, a trabajar vergonzosamente en las firmas que, según ellos, les dan prestigio, y el hecho de que se les pague mal o se les impongan horarios extravagantes, es “normal” y “por algo se empieza”.

Pero eso no era todo, la inevitable comparación me hizo sentir vergüenza por mi Universidad, un claustro histórico, que probablemente, es la institución que más abogados le ha dado al país, pero que hoy, poco o nada dice o efectua por las dificultades de los estudiantes y recién graduados para encontrar trabajos dignos. Y mucho menos por ese desprecio injustificado al sistema judicial, porque, la mayoría realmente quieren ser abogados para ser millonarios con prestigio en el sector privado.

Me hizo sentir vergüenza saber que en Bogotá por no decir Colombia, el motivo de dignidad no es luchar por los derechos, eso es bochornoso para un abogado prestigioso, sino es posicionarse en buenas firmas, con grandes contratos y con sistemas laborales explotadores, que únicamente se justifican, en el dinero.

Y también sentí envidia, sentí una inmensa envidia al ver a personas de mi edad hablar de sindicatos, gremios y asociaciones, sin miedo ni temor. Sentí deseo de que en mi país ser sindicalista deje de ser sinónimo de ser terrorista, y que ser agremiado deje de ser una cuestión asimilada con las clases bajas. Qué aires tan distintos se respiran cuando opinar y criticar no es considerado un acto contrario al país o de subversivo sino un acto propio de la política y de una sociedad democrática.

Otros aires se respiran cuando se ve a jóvenes preocupados por su futuro, por su futuro solidario, por su profesión, por las condiciones injustas que propagan aquellos que dicen defender la justicia. Porque para ellos, por lo menos para los de La Centeno en específico, es inconcebible que el trabajo esté mal pago. Mientras que para los abogados de las Universidades privadas, sólo esperan encontrar con rapidez cualquier árbol por el cual puedan trepar sin importar en dónde queda la dignidad.Claro siempre que ese árbol no sea la siempre menospreciada rama judicial.

No me queda sino expresar mi deseo de que en Colombia, algún día, los jóvenes, dejen de decir que “de política y de religión no hablo” o que “no me interesa eso” porque es precisamente ahí dónde se paralizan todas las posibilidades de cambio, es precisamente en jóvenes que a pesar de las oportunidades que han tenido, su indiferencia y falta de coraje, permite que se sigan perpetuando prácticas injustas y oscuras, permite, en pocas palabra, que Colombia sea el país que hoy es."

elantagonista.com

Derecho y salida laboral

A todos los que transitamos diariamente por esta facultad se nos reconoce bajo el rótulo de “estudiantes de derecho”, y no está mal que así sea ya que somos estudiantes durante la gran cantidad de años que dura esta carrera. Sin embargo, hay un hecho que suele ser omitido: la mayoría de nosotros paralelamente trabajamos, dando nuestros primeros pasos dentro del difícil mercado laboral jurídico. Básicamente tenemos dos opciones:

Ingresar a trabajar en la Justicia

Hace unos años ingresabas a la justicia solo por contacto y para trabajar gratis!!! Todo este sacrificio podía durar meses o años, con la esperanza de ser nombrado. A este tipo de empleados se los conocía como “meritorios”.

A partir del 2007, fruto de la lucha encabezada por la Unión de Empleados de Justicia de la Nación que se plasmó en la Acordada N° 25 de la CSJN, los meritorios pasaron a estar prohibidos en el Poder Judicial de la Nación, dando fin a este método esclavista de Ingreso.

Sin embargo, desde entonces no se reglamentó ningún sistema justo, democrático, transparente y basado en los méritos de cada aspirante, razón por la cual los cargos son ocupados según el arbitrio del magistrado a cargo de cada dependencia, sin sujeción a órganos de control.

Creemos que esta omisión se contradice con una renovada oleada de reformas democráticas a nivel estatal que comenzaron en el año 2003 cuando los distintos poderes del Estado pusieron en marcha medidas tendientes a permitir el acercamiento y la participación de la ciudadanía en la conformación y el funcionamiento del sistema judicial, con el objeto de mejorar su transparencia y fortalecer su independencia. Entre ellas podemos mencionar la publicación de antecedentes de los candidatos a ocupar vacancias ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (Dec. 222/2003), la creación de un procedimiento de audiencias públicas ante el Honorable Senado de la Nación para la designación de Ministros de la C.S.J.N (Dr. 192/98), la integración de la C.S.J.N con miembros del más alto nivel y prestigio o la publicidad de los procesos en trámite ante la CSJN (Ac. 35/2003, 14/2006).

Estos síntomas de mejora institucional no deben quedar limitados al control de la designación y el trabajo de los magistrados, sino que deben ser el comienzo de una reestructuración íntegra de toda la organización interna del Poder Judicial, máxime cuando parte importante de la labor diaria producida por sus dependencias transita por la seriedad y diligencia de sus equipos de trabajo, y no exclusivamente de sus titulares.

Es por todo esto que desde La Centeno Derecho consideramos que la única forma de terminar con esta histórica problemática es la creación de un régimen de ingreso meritocrático que, como eje principal, garantice el concurso imparcial y anónimo de todos los cargos. De esta manera, se asegura igualdad de oportunidades a todos aquellos ciudadanos que pretendan trabajar en la Justicia.

¿SABIAS QUE?

En la Justicia de la Provincia de Buenos Aires existe un sistema de ingreso que exige a los aspirantes la aprobación de un exámen. Luego se realiza un listado con aquellos que aprobaron, los cuales van siendo seleccionados a medida que se generan vacantes. La trampa pasa porque los jueces nuevamente eligen discrecionalmente.

Los estudiantes de derecho avanzado y abogados quedan exceptuados del examen por lo cual ingresan al Poder Judicial por la sola voluntad del titular de la dependencia.


Trabajar de manera irregular en un estudio jurídico.

Ingresar como procurador en un estudio jurídico implica pasarte la mitad del día deambulando de traje por el centro porteño entre largas colas, empinadas escaleras e infinidad de papeles, tratando de decodificar cual es la última novedad del Tribunal. En el mejor de los casos, te asignan un cubículo medio pelo en la oficina y como premio, te ponen a imprimir cédulas, oficios, testimonios y exhortos en serie durante todo el día. Podríamos pensar que la paga compensa todo tu esfuerzo pero, desgraciadamente, lejos se encuentra de satisfacer dicha expectativa. Ni por casualidad se acerca a las escalas mínimas de cualquier otra actividad, y para colmo, ni siquiera alcanza a cubrir los beneficios propios de todo régimen de contratación laboral (aportes, cobertura médica, jubilación). Terminar la carrera tampoco te asegura nada. A partir de entonces te van exigir que en prueba por la percepción de tus “honorarios” todos los meses emitas una factura que corporice la contratación de tus “servicios profesionales”.

A fin de combatir este fraudulento sistema de contratación instrumentado por gran parte de los Estudios Jurídicos de nuestro país, desde La Centeno, proponemos empezar por superar la clásica distinción entre profesionales (ilustrados que brindan servicios a terceros en la soledad de sus despachos, consultorios o estudios) y trabajadores (sujetos que hombrean bolsas en el puerto). A contramano del imaginario reinante en nuestra sociedad (y facultad), la aplicación del régimen laboral no depende del grado de formación, instrucción o estrato social de quien, bajo esa modalidad, presta servicios, sino que su determinación se vincula a la verificación de los elementos que tipifican la relación de dependencia. En la mayor parte de los Estudios, estos elementos se encuentran plenamente presentes en el esquema contractual de estudiantes y profesionales. Por supuesto, prevaliéndose del perfil universitario o profesional del contratado (vos), el vínculo es, en general, fraudulentamente simulado por los empleadores bajo el esquema de un contrato de locación de servicios sin subordinación.

Es tiempo de cambiar. Debemos dejar de representarnos a nosotros mismos como casta ilustrada de jerarquía superior. Nuestra realidad se acerca más al tipo que hombrea bolsas en el puerto que al laburo de Pablo Echarri en la novela de las 23 (nota de color, Echarri también presta servicios bajo relación de dependencia). Existe sí una sutil diferencia con el trabajador del puerto: su relación de trabajo se encuentra debidamente registrada y protegida por todas las normas que rigen la materia. La tuya no. De allí derivan la mayor parte de los abusos que diariamente experimentas. La Centeno está dispuesta a dar batalla contra el sistemas precario de contratación de estudiantes y abogados en Estudios Jurídicos. No podemos darla solos. Precisamos de tu ayuda.

SABÍAS QUE?

La Cámara Nacional del Trabajo, en su composición mayoritaria, reconoce la aplicación del art. 23 de la Ley de Contrato de Trabajo (presunción iurius tantum sobre existencia de contrato de trabajo) a la locación de servicios profesionales.

Las escalas salariales mínimas de los trabajadores bancarios asciende a $ 3801, de los trabajadores judiciales a $ 3850, de los trabajadores de comercio $ 3022.60.

Participá

Este es un espacio para que estudiantes y trabajadores del derecho participen de la discusión sobre la democratización de la justicia y transformación de nuestra facultad.